El Principado aprobó a mediados de octubre de 2017 la declaración del poblado minero de Bustiello como Bien de Interés Cultural (BIC). Una declaración que engloba también a los cuarteles de Santa Bárbara, al hospital de la Sociedad Hullera Española y a la mina Dos Amigos. La protección patrimonial requirió de un notable esfuerzo por parte del Ayuntamiento. Sin embargo, los vecinos no acaban de percibir ventajas. No acaban de sentirse cómodos con un traje que no parece hecho a medida, como cabría esperar. Primero fue una fatigosa batalla de dos años para disfrutar de la obligatoria exención del IBI. Luego llegaron las quejas por el mal estado de la iglesia y, sobre todo, del antiguo sanatorio. Ahora, la asociación cultural “La Pudinga”, principal valedora del enclave, reclama una actuación en el centenario puente.

El citado colectivo registró hace unos días un escrito en el Ayuntamiento de Mieres para hacer partícipe al Alcalde de las carencias que presenta el histórico puente de Bustiello, el cual data de 1890: “Presenta un estado muy deteriorado, con falta de seguridad”, explica Fernando Muñiz. Los miembros de “La Pudinga” sostienen que el viaducto, de más de 130 años y englobado en la declaración de BIC, no está recibiendo el trato que merece: “En su momento se retiró toda la red de barandillas, con base de hierro, para colocar un soporte de madera que resta empaque a la pasarela”, señala Miguel Palacios.

El puente roblonado es de gran solidez. Sus elementos principales, en lo que a la zona de paso se refiere, lo constituían un pasillo central hormigonado y laterales de tablones de madera de roble. “Todo ello ha sido sustituido por maderas de pino, propias de una senda rural”. Los vecinos sostienen que el cambio no solo ha restado valor estético a la pasarela, sino que también dificulta el tránsito. Afirman que el firme resbala y que la barandilla no es segura. “Cuando se moja es una auténtica pista de patinaje y un día alguien que se apoye en la valla va a acabar en el río”.