El albergue de Felechosa, uno de los equipamientos con más capacidad de alojamiento del Alto Aller, volverá a funcionar el próximo invierno. Al menos esa es la idea que manejan desde el Ayuntamiento allerano, propietarios de un inmueble que lleva un lustro cerrado desde que los anteriores gestores lo dejaran. Ahora, la idea es reflotar un enclave que puede ser un gran acicate a la hora de acoger visitantes.


El equipo de gobierno municipal del PSOE tiene previsto sacar a concurso la gestión de este equipamiento, un alojamiento por el que, sin ir más lejos, pasaban cientos de chavales cada invierno gracias al programa de la Semana Blanca escolar. Para poder licitar la gestión del albergue, el consistorio allerano ha tenido que realizar varias gestiones, entre ellas la desafectación del edificio. Y es que el albergue fue habilitado sobre las antiguas escuelas de Felechosa, y aunque se utilizase como alojamiento, el edificio aún estaba catalogada e inventariado como bien educativo. Esto exigía que la licitación fuera por un porcentaje del edificio.

Esta gestión para desafectar el inmueble ha sido clave también para poder ofertar la gestión del centro en unas condiciones más ventajosas de lo que se venían dando. Aunque los pliegos de condiciones aún no están cerrados, la idea que baraja el Ayuntamiento es la de establecer un canon de en torno a 6.000 euros anuales, y un plazo de hasta 10 años en función de la inversión a realizar por el adjudicatario. Anteriormente, el canon era de 30.000 euros anuales.

Aunque algo más de un año después de que se cerrase el albergue hubo un intento por reflotarlo, lo cierto es que lleva ya un lustro sin actividad. La idea, entonces, era arrendar el inmueble a algún empresario que presentase un proyecto atractivo y dinamizador para el alto Aller. Sin embargo, esta opción no fructificó, y el equipamiento permaneció cerrado.

No es el único equipamiento que el Ayuntamiento de Aller tiene previsto sacar a concurso. También la gestión del bar de la piscina de Caborana, otro inmueble que lleva varios meses cerrado, y que en su momento conformaba un importante punto de reunión para muchas familias. La presencia de la propia piscina, el campo de fútbol de Caborana, un pequeño parque infantil, y un gran espacio al aire libre eran la combinación perfecta para las familias