Algo falla cuando al pasar junto a un lago de origen glaciar –a casi 1.700 metros de altitud y enclavado en pleno corazón de un parque natural– un alcalde confiesa haber tenido la impresión de estar visitando la piscina municipal y un montañero, la sensación de estar transitando por una carretera comarcal. La disonancia obedece a un mismo problema, la creciente utilización del lago Ubales, un emblema de Redes, como zona de baño, algo que está terminantemente prohibido. El segundo despropósito –según han denunciado en las redes sociales los senderistas habituales de la zona– es que, para atajar estos comportamientos, se han colocado dos señales metálicas, similares a las que uno puede encontrarse en una calle o una carretera, poco acordes con uno de los parajes más emblemáticos de toda la región.


Uno de los primeros en encontrarse con las señales –en las que se prohíbe el baño y se alerta de la fragilidad del ecosistema del lago Ubales, con especies de flora y fauna muy poco comunes en España– fue el montañero de El Entrego Cristian Menéndez, el pasado fin de semana. “Suelo salir a correr por la montaña. Iba con unos amigos y cuando lo vimos no dábamos crédito; nos quedamos de piedra. Un amigo había estado la semana anterior y no había visto nada”. El sobresalto fue mayor por las condiciones meteorológicas de la jornada. “El día estaba nublado y parece que el color rojo de la señal y el metal todavía se veían más”, indica este montañero, que añade: “Espero que rectifiquen y lo quiten porque da ganas de llorar. En otros sitios de Asturias como el lago Enol también hay señales, pero adaptadas al entorno. Aquí parece que estás en la calle Uría”.

 

LNE