La pandemia ha dejado el mercado de trabajo asturiano muy tocado. A nivel de las Cuencas mineras, el crecimiento del paro ha sido elevado, el 12,71 por ciento más, pero por debajo de la media regional, situada en los 17,6 puntos. En los valles mineros se partía, eso sí, de una situación peor que el resto de Asturias: ya había 11.292 desempleados en febrero de 2020, 72.940 en el total del Principado. Unas cifras que eran las mejores en una década, desde la gran crisis que comenzó en 2009 y se alargó, al menos en términos de empleo, hasta 2016. El coronavirus ha vuelto a disparar el paro hasta los 12.728 demandantes, 1.436 más, en los diez concejos de las comarcas carboneras. Hay que tener en cuenta que los afectados por los expedientes de regulación de empleo temporal (ERTE) no están contabilizados en estas estadísticas oficiales. En Asturias, sin contar las personas que se encuentran en esta situación, son ya 85.781 los parados.
El nivel de desempleo es una de las formas de analizar el mercado laboral. Otra es conocer el número de empleos existentes, los cotizantes a la Seguridad Social. Por concejos –la última estadística es de diciembre de 2020– en las Cuencas se destruyeron 574 puestos de trabajo en el año de la pandemia. De nuevo, sin contabilizar los ERTE. Esto supone una reducción del 2,4% del total de puestos de trabajo existentes en la comarca. Se pasó de los 24.042 empleos a los 23.468. El número de trabajadores cayó en siete de los diez concejos. Las excepciones fueron Morcín (con 28 más), Sobrescobio (12 más) y sobre todo, Lena. En este municipio se generaron, en el año de la pandemia, 339 empleos: de 2.037 a 2.376. Iniciativas empresariales como la ampliación de la factoría de Asturiana de Laminados tienen la culpa de este “despegue” del empleo contra viento y pandemia.
A nivel regional, la destrucción de afiliaciones a la Seguridad Social fue ligeramente inferior a la tasa del 2,4% registrada en las Cuencas: Se perdió el 1,92% de los puestos de trabajo, de 366.020 a 359.005.
Todas estas cifras hay que ponerlas en contexto: las Cuencas son, de las grandes áreas urbanas de Asturias, las que presentan una mayor proporción de población mayor, y las que tienen una menor tasa de población activa. Más de la mitad de los vecinos supera los 50 años, uno de cada tres más de 65, y solo dos de cada diez habitantes tienen menos de 30 años.
Desde las centrales sindicales, tanto UGT como CC OO han denunciado durante años que las comarcas carboneras se habían convertido en “exportadoras” de talento: las becas mineras sirvieron, en buena parte, para formar a trabajadores que acabaron yéndose . Los sindicatos también vinculaban la bajada del paro que se produjo, sobre todo en los dos años previos a la pandemia, al “éxodo” juvenil.
Lo que sí se está volviendo a impulsar, tras prácticamente una década de parálisis total, es la reposición –que no creación– del empleo público. Los ayuntamientos de la comarca están sacando a concurso numerosas plazas para cubrir parte de las vacantes de sus plantillas. Ejemplo de ello es Langreo, donde de las 92 plazas de su oferta pública de empleo, 54 son “de acceso libre”: es decir, a ellas pueden optar trabajadores ajenos a la actual plantilla, mediante la realización de pruebas de acceso. En total, se buscan una treintena de perfiles distintos, desde auxiliares administrativos a electricistas, pasando por oficiales de mantenimiento, delineante proyectista, trabajador social, técnico de actividades deportivas, calderero soldador, albañil, técnico de medio rural, pintor, técnico para el área económica y arquitecto técnico.
En Mieres, por su parte, este pasado fin de semana volvieron a verse imágenes de exámenes con participaciones masivas, como ya ocurrió en lo más profundo de la crisis posterior a 2009, cuando cientos de personas participaban en los exámenes previos a los planes locales de empleo –en Langreo llegaron a realizarse al aire libre, en las gradas del estadio de Ganzábal–. El sábado se celebró en el ferial de Santullano una prueba en la que estaban inscritos más de 200 participantes. Su objetivo: entrar en la bolsa de empleo de la empresa pública de transportes de Mieres, Emutsa, ser conductores de autobús. El Ayuntamiento de Mieres preparó durante semanas este examen, que constó de dos partes. Tan solo 25 de los aspirantes pasarán a la prueba final, que será el ejercicio práctico de conducción.
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