Asturias es, junto a Castilla y León, la única comunidad autónoma española que ha perdido población en lo que va de siglo: 58.323 vecinos menos, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En este mismo periodo, entre los años 2000 y 2020, los diez concejos de las Cuencas redujeron en 41.377 sus habitantes. Es decir, el 71 por ciento de la caída demográfica del Principado le corresponde a los valles mineros. Dos décadas en las que se produjo la práctica totalidad de los cierres de las minas de la comarca –de 7.500 trabajadores en el sector extractivo a apenas 700–, la prejubilación de la mayor parte de estos mineros, los intentos de reindustrialización con fondos mineros y el posterior fracaso de muchas de estas iniciativas.


En el libro “La España vacía”, el escritor y periodista Sergio del Molino popularizó este término, el de los territorios que históricamente perdieron población para alimentar a las grandes ciudades: Teruel, Soria, Cuenca, León, Palencia, Zamora… Asturias sigue siendo una región densamente poblada, pero cada vez menos. Y las Cuencas son la avanzadilla de este paulatino proceso de caída demográfica. No es todavía una “España vacía”, pero sí una España en proceso de vaciado. En el año 2000 vivían en las Cuencas 174.584 personas, ahora lo hacen 133.207, un 23,7 por ciento menos. Además de la evidente crisis industrial, los territorios mineros presentan una baja natalidad y un alto índice de emigración, bien a otras zonas de Asturias, de España o incluso al extranjero. Las becas mineras formaron a una generación de jóvenes que, con sus títulos en la mano, tuvieron que irse en buena parte para encontrar un empleo.

Los diez concejos de las comarcas mineras vieron reducida su población en las dos últimas décadas, sin excepción. Unos más que otros, eso sí. El que más sufre es el municipio de Aller. De las 15.398 personas que habitaban este territorio en el año 2000, quedan 10.413. Una caída del 32,5%, que pone al concejo en niveles aún inferiores a los que tenía a principios del siglo XX: en 1900 había más de 13.000 alleranos.

Le siguen, en porcentaje de pérdida de habitantes, los concejos de Riosa y de Caso. En el primero se pasó de 2.578 vecinos a 1.848, el 28,3% menos. En Caso, de 1.990 a 1.457, un descenso del 26,7%. Poco mejor es el comportamiento de uno de los dos principales municipios de la comarca. Mieres ha visto como su padrón caía en un 24,2% en estas dos últimas décadas. En cifras totales, son 11.969 vecinos menos, desde los 49.506 a los 37.537. Mieres ha perdido en veinte años más habitantes de los que tienen actualmente los concejos de Aller o de Lena. El actual nivel de población en Mieres es similar al que había hace un siglo, cuando la industrialización del territorio y las minas empezaban a llenar de gente las calles de la villa, de Ujo o del valle de Turón. Son precisamente estas poblaciones, más que la capital del concejo, donde más se está notando la caída demográfica. Un ejemplo, la parroquia de Urbiés, que llegó a rozar los 5.000 habitantes a mediados del siglo pasado, y donde ahora residen unas 270 personas.

De los grandes concejos del valle del Nalón, San Martín del Rey Aurelio es que presenta peores cifras, con un descenso del número de habitantes del 24% en estas dos décadas, desde los 20.794 a los 15.817, similares a los existentes en la década de los años 40. En Lena, la disminución llega al 23 por ciento de la población. Los 13.901 vecinos de principios de siglo se han reducido hasta los 10.701.

El siguiente en el “ranking” de pérdida demográfica es el ahora concejo más poblado de las Cuencas, Langreo, que cuenta actualmente con 39.183 vecinos, que son un 19% menos que hace dos décadas, cuando sumaba 48.886 habitantes. Pese a esta reducción inferior a la media de las Cuencas, Langreo se sitúa en niveles demográficos similares a los que tenía en los años 30 del siglo pasado. De los municipios “grandes”, Laviana es que mejor parado sale en la estadística. Aun así, el descenso de población es notable, de un 13 por ciento, al pasar desde los 14.804 habitantes a los 12.882 de la actualidad.

Por su parte, Morcín y Riosa también pierden población, pero de manera muy inferior al resto de concejos de las Cuencas. De hecho, se situarían por muy por debajo de la media asturiana del 5,4%. Así, en Morcín se pasó de 2.578 vecinos a 2.555, una reducción del 0,9%. En Sobrescobio, de 818 a 814 habitantes, una bajada del 0,5 por ciento.