Parece que fue ayer cuando la estación invernal de Fuentes de Invierno abría por primera vez sus puertas. Un día soleado, y casi perfecto para la práctica del esquí, marcó el inicio de un camino que va ya hacia la mayoría de edad. Aunque por la carretera del puerto de Braña han subido esquiadores desde hace décadas para acercarse a la estación leonesa de San Isidro, en 2022 se cumplirán quince años desde que Aller cuenta con un complejo propio, por el que ya han pasado miles de usuarios.

Esos tres lustros de existencia conllevan que el Principado deba rascarse los bolsillos para acometer las revisiones extraordinarias y obligatorias que los remontes deben pasar cada cierto tiempo. Para las instalaciones dirigidas por Jorge Fernández Fierro será la primera revisión de este tipo. La diferencia con otras instalaciones es que todos los remontes se estrenaron a la vez, por lo que deberían afrontar estos trabajos técnicos también al mismo tiempo. Esto supone un importante desembolso económico y el riesgo de no llegar a tiempo a la temporada con todos los trabajos hechos. Por ello, el Principado baraja la opción de escalonar las obras.

En una época en la que la economía no está para muchas alegrías –aunque estas inspecciones están programadas–, el Principado deberá afrontar un gasto de más de medio millón de euros de cara a la próxima temporada invernal en Fuentes de Invierno. En total, son cinco los remontes que posee la estación allerana: tres telesillas, un telesquí y una cinta transportadora. Solo a modo de ejemplo, la última revisión de un telesilla en Pajares tuvo un coste de cerca de 200.000 euros.

El remonte principal de la estación allerana es el de La Llana-El Fitu. Un equipamiento cuatriplaza desembragable que lleva a los esquiadores hasta la zona media y que da acceso al resto de remontes del complejo. Une la base, a cota 1.500 metros, con la citada parte intermedia del complejo, que se sitúa a los 1.650 metros de altitud.

En ese sector se encuentran los otros cuatro dispositivos mecánicos. Los telesillas de pinza fija Llomba y Entresierras llevan a los esquiadores a las cotas más altas de la estación y permiten el acceso a las pistas de mayor dificultad de Fuentes de Invierno. El primero alcanza una cota de 1.950 metros de altitud y el segundo de 1.905 metros. En la zona intermedia también se encuentran la cinta transportadora, que permite el uso de pistas verdes ideales para esquiadores principiantes, y el telesquí Toneo, vinculado especialmente a la formación de deportistas y que da acceso a otra pista verde y una de dificultad azul (de complejidad intermedia).

Pese a que la revisión de estos medios mecánicos debería hacerse conjuntamente, según ha podido saber este diario, la idea es poder fraccionarla en varios ejercicios, en virtud del uso que han tenido estos remontes y teniendo en cuenta que han pasado casi una temporada en blanco por culpa de la pandemia del covid.

De forma oficial, fuentes de la Dirección General de Deportes aseguran que “las revisiones son obligatorias y evidentemente necesarias para el servicio óptimo de la estación. Y por tanto se harán de acuerdo a los criterios establecidos”. Unos criterios que, según la normativa, obligan a hacer este primer test a los 15 años de vida del remonte. Sin embargo, se está trabajando en obtener un permiso para poder revisar de forma escalonada los medios mecánicos. Esto tiene dos objetivos principales: evitar afrontar toda la inversión de golpe y no tener todos los remontes desmontados al mismo tiempo, para evitar un hipotético caso de no llegar a la temporada de esquí con todos los trabajos realizados.

Mientras el Principado aborda la forma de actuar respecto a estas revisiones, la temporada de esquí en Fuentes de Invierno sigue su curso tras un accidentado inicio. Después de aplazar el Principado la apertura del curso hasta el 4 de enero tanto en Pajares como en la estación allerana, este último complejo no puso abrir debido al gran alud que se cobró la vida de dos trabajadores de Carreteras y que mantuvo cerrada la carretera durante casi un mes.

Con los accesos abiertos, el estreno en Fuentes de Invierno todavía se haría esperar unos días más, ya que una avería en un transformador obligó de nuevo a retrasar la puesta de largo en Aller, mientras que en Lena seguían esquiando. Finalmente, Fuentes de Invierno estrenaba la temporada el 10 de febrero. Y tuvo que hacerlo a medio gas, ya que las restricciones que entonces había derivadas del covid solamente permitían usar la estación a los vecinos del concejo alleranos y a los esquiadores federados.

Sin embargo, la salida del concejo de Aller del nivel 4 Plus de alerta permitió al complejo allerano funcionar de forma habitual durante los últimos días. Eso sí, con un aforo limitado a mil personas. En la jornada de ayer, sin ir más lejos, fueron cientos los que decidieron subir a esquiar al complejo allerano, en el que se encontraron todas las pistas y remontes disponibles. Y como si fuera un símil de la presente temporada, aunque el día amaneció cubierto, el cielo se despejó para dejar una gran jornada para el deporte blanco a los esquiadores.