El año 2020 fue seguramente el más difícil del último siglo en muchos ámbitos, pero especialmente en el sanitario. Los servicios de los hospitales apenas daban abasto para atender los numerosos ingresos derivados del coronavirus. Las urgencias y las UCI se colapsaron en muchas regiones. Esto provocó, que con la atención especialmente volcada hacia la pandemia y hacia los protocolos derivados a minimizar los riesgos de contagios, el resto de áreas sufrieran una caída de actividad el pasado ejercicio respecto al año 2019.
En el caso del hospital Álvarez-Buylla de Mieres, centro de referencia para la cabecera del Caudal, pero también para los concejos de Aller y Lena, esa fue la tendencia, la de reducción de actividades fuera del covid. En el caso de las cirugías, sin ir más lejos, se realizaron casi la mitad que en el año anterior. También en las consultas de urgencias y en los ingresos de pacientes las cifras decrecieron notablemente. Solamente en las intervenciones quirúrgicas urgentes y en los partos, los niveles de 2020 fueron muy similares a los del año anterior.
Los datos ofrecidos por la gerencia del área sanitaria VII (Caudal) respecto a algunas de las áreas de trabajo son ciertamente reveladores. La actividad quirúrgica es el caso más llamativo. En 2019, en el hospital de Mieres se realizaron 5.569 intervenciones. El pasado año, el año del covid, las operaciones bajaron hasta las 3.088 –siempre hablando de operaciones programadas–. Esto supuso un descenso en la actividad de un 45%. Solamente se incrementaron las intervenciones quirúrgicas urgentes. En 2019 fueron 310 y el año pasado tuvieron que realizarse 7 más, algo que porcentualmente apenas es apreciable. En el conjunto de unas y otras cirugías, el balance final es que el hospital de Mieres hizo un 43% menos de intervenciones en los modernos quirófanos del centro ubicado en el barrio mierense de Nuevo Santullano.
También se redujeron notablemente las hospitalizaciones, aunque no con cifras tan elevadas como en el caso de las operaciones. Durante 2019, se registraron 6.516 ingresos hospitalarios, que caerían un 13% en el año 2020, cuando no se llegaron siquiera a los 5.700. En cuanto a las altas, las cifras son similares. 5.717 el pasado año, por las 6.492 de hace dos ejercicios, lo que supuso un decrecimiento del 12%.
Una de las actividades más comunes en los hospitales son las consultas externas, es decir, aquellas solicitadas por los médicos de cabecera a los especialistas. Los protocolos de seguridad para evitar la propagación del covid también fueron importantes a la hora de entender la reducción de estos trabajos en casi un 20%. En concreto, en 2019, se atendieron a 124.821 pacientes en las diferentes disciplinas sanitarias del hospital. El pasado año, la cifra se situó en poco más de 101.000 consultas, con una bajada porcentual del 19,6.
Otro de los servicios con mayor caída de actividad fueron las urgencias, uno de los departamentos que más carga de trabajo suele recibir cada año. En 2019 fueron 30.599 pacientes los que buscaron atención sanitaria por esta vía. El pasado año, la cifra se redujo en un 24,6%, siendo el total de urgencias registradas en el área del Caudal de 23.396. El servicio que apenas sufrió variaciones fue el de partos. Y es que si en 2019 nacían en el hospital mierense 321 bebés, en el año de la pandemia, solamente fueron 6 niños menos los que las mamás alumbraron en el Álvarez-Buylla (315).
En estos datos no se registran atenciones derivadas del covid, que han sido principalmente lo que ha tenido a la comunidad sanitaria todo el año ocupada, tratando de frenar la pandemia.
En el presente de 2021, todavía con muchas incógnitas, pero también con otras certezas como la llegada de las vacunas contra el covid, el hospital de Mieres tratará de ir recuperando la normalidad y mantener el servicio de calidad y atención que los vecinos de la comarca demandan.