El desmantelamiento de las 80 torres de alta tensión de la línea Lada-Velilla, que nunca llegaron a entrar en servicio y que van desde la central térmica langreana hasta el puerto de Tarna será una realidad. Así se entiende tras la respuesta que el consejero de Industria, Empleo y Promoción Económica, Enrique Fernández, ofreció a la diputada de IU Ángela Vallina, quien cuestionó qué medidas iba a tomar el Gobierno regional para garantizar que se proceda a un rápido desmantelamiento de las torres de la línea Lada-Velilla. En la contestación se explica que se ha constituido un grupo de seguimiento de la planificación energética que “se aprovechará para verificar que se están iniciando las actuaciones oportunas para llevar a término el reiterado desmantelamiento” de la línea.

De hecho, el Gobierno regional ya propuso en mayo de 2019 el desmantelamiento de la línea en el tramo construido en el Principado de Asturias entre las propuestas para el desarrollo de la red de transporte de energía eléctrica con horizonte 2026, es decir la planificación energética 2021-2026. Posteriormente, en enero de este año, hubo una reunión con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y Red Eléctrica Española (REE) donde se trató el asunto del desmantelamiento de esta infraestructura. Además, se remitió una solicitud a REE y con copia al ministerio que firmaba el propio consejero de Industria “por la que se instaba y reiteraba”, como gestor de la red de transporte de energía eléctrica, “que iniciara los trámites oportunos para proceder en el plazo más breve posible al cierre y desmantelamiento de la línea eléctrica”.

Ya no sería hasta este mismo mes, concretamente el pasado día 9, cuando se produjo una reunión entre la Viceconsejería de Medio Ambiente y Cambio Climático y REE que tenía como objetivo el sometimiento a audiencia e información pública de la propuesta de planificación energética 2021-2026 en la web del ministerio. Entre otros, “se trató de nuevo este asunto y se acordó constituir un grupo de seguimiento de la planificación energética” que aprovecharán para dar cuenta de que se realizan las actuaciones oportunas para realizar el desmantelamiento de las torres de alta tensión de Lada-Velilla.

Las torres fueron instaladas entre 1984 y 1986, con un coste de 2.000 millones de pesetas. Aplicando los incrementos del IPC de estos 35 años, aquellas pesetas serían en la actualidad casi 40 millones de euros. La línea –que debía conectar la central langreana con la de la localidad palentina, hoy ambas instalaciones pendientes de ser desmontadas– se construyó en la parte asturiana, pero se frenó en la comunidad autónoma vecina. Los tribunales, a finales de los ochenta, prohibieron el paso de la línea por los espacios protegidos de León.

La Junta General exigió en varias ocasiones al Gobierno central, con el apoyo de todos los grupos, el desmantelamiento de la línea. También se impulsaron iniciativas similares ante otras instituciones, que hasta ahora no tuvieron éxito. Una vez descartado el trazado original, la línea Lada-Velilla pasó a llamarse Sama-Velilla (porque la subestación eléctrica de la que parte se iba a trasladar a este distrito langreano, a la subida de Santo Emiliano), y la lucha vecinal comenzó de nuevo, con protestas y movilizaciones multitudinarias. El malestar se concentró en concejos como Aller y Lena, y en las poblaciones leonesas limítrofes con esta parte de Asturias. Ese nuevo trazado sigue ahora en el aire. Si bien las térmicas de origen y destino van a ser desmanteladas, cabía la posibilidad de que se mantuviese la propuesta del corredor energético para transportar la electricidad entre comunidades.