El Plan Especial de Reforma Interior (PERI) del barrio langreano de El Puente apuesta por la construcción de “un frente más urbano” para el eje viario formado por las calles Pepita Fernández Duro, Puente y José Álvarez Valdés. En esa zona baja, la más próxima al futuro bulevar que se creará en los terrenos liberados con la obra del soterramiento de las vías de Feve, el uso predominante será el de vivienda colectiva. La ladera, donde hay algunas edificaciones de esa tipología, se reservará para vivienda unifamiliar. Así consta en el proyecto redactado por el Principado en diciembre de 2019 para abordar la recuperación de un área especialmente afectada por el soterramiento, que abarca una superficie de 209.855 metros cuadrados.

Dentro del plan de reforma figuran las áreas de El Puente, La Formiguera, La Florida, El Robledal y Los Llerones. La práctica totalidad del ámbito se destina a uso predominante residencial. El documento recoge que se evitarán “grandes transformaciones de carácter integral, de difícil materialización”. Se recurrirá, por tanto, a “pequeñas operaciones de microcirugía” y se impedirá la edificación en aquellos espacios que por su pendiente o por problemas en la accesibilidad no se consideren idóneos para construir. Al ser la zona en la que se prevé desarrollar el PERI limítrofe con Valnalón se considera que no es necesario destinar nuevo suelo exclusivo para actividades productivas. Se apuesta por permitir la implantación de estos usos compatibles con el residencial como comercios, oficinas u hostelería, entre otros, y por mantener establecimientos existentes. Esta área, destaca el proyecto, “pasará a tener gran centralidad con la nueva ordenación”.

El proyecto plantea además un rediseño de las calles, con la creación de áreas de esparcimiento, que irán desde grandes espacios polifuncionales a pequeñas plazas. La arteria más próxima a la zona donde se construyó el túnel tiene aceras estrechas que, destaca el documento, “no invitan al tránsito peatonal”. En la ladera, se une la estrechez en las vías a “unas condiciones topográficas desfavorables”.

El Plan General de Langreo proponía actuaciones de regeneración que no se ejecutaron. El documento del Principado es, refleja, “menos ambicioso” al renunciar a las unidades de actuación y abogar por la iniciativa del dueño o promotores para desarrollar proyectos de menor entidad. El plan se desarrollaría en cuatro años y el Principado aboga por la financiación municipal. Estima que el coste sería de 1,3 millones de euros aunque podría elevarse hasta los 1,5 millones con los impuestos. El Principado urbanizará los terrenos liberados con el soterramiento, con 9,9 millones de fondos mineros.

 

Fuente: LNE