¿Por qué España no gana Eurovision?

Siempre que se celebra el festival de Eurovision, inmediatamente después comienzan los comentarios en torno al ridículo que hace España, que si deberíamos dejar de participar, que si se gasta una millonada… en la mayoría de casos comentarios desde el desconocimiento o la ignorancia y como fan de Eurovision que me considero, voy a tratar de explicar con datos y en condiciones los aspectos más “polémicos” del certamen en lo que se refiere a nuestra participación en el mismo.

Comencemos por el coste, se ha extendido la creencia que participar en el festival de Eurovision es un pufo para España y una millonada inasumible para el ente público, organizador y miembro de la UER que es RTVE, pero nada más lejos de la verdad. Mirad, el coste total que tiene la participación de España en Eurovisión ronda los 500.000 euros, que se desglosan claramente, y estos gastos incluye la aportación de España como miembro del BIG FIVE y socio de la UER, que vendrían a ser unos 280.000 euros y que incluye los derechos de retransmisión del festival, que os recuerdo es el evento no deportivo de más audiencia para el ente público.

Partiendo de esto, toca preguntarse ahora ¿cuánto creéis que gasta RTVE en, no sé, digamos un programa como Masterchef? Yo os lo digo, 480.000 euros CADA PROGRAMA, esto en la edición adultos de famosos, pero mismamente la versión Jr. del programa oscila en casi 450.000 euros por programa, lo cual suma por temporada más de 4 putisimos millones de euros. ¿Os cuento lo que se paga por “cuéntame como paso”?

En definitiva, lo de que cuesta mucho dinero ir a Eurovision es una subnormalidad, no cuesta más que otros muchos despilfarros de RTVE. A parte, está la cantinela de que organizar el festival es un gasto terrible y absurdo… Pues otra imbecilidad, porque organizar el festival en nuestro país significa, primero la afluencia de cientos y miles de aficionados europeos, turismo a tope y por ende gasto en nuestro país, en nuestra económica, bares, hoteles, ocio… Segundo, abarata los costes de participación ya que parte de esos 500.000 euros que se gastan en acudir al festival se ahorría y se emplearían en la propia organización del festival. En tercer lugar, son muchísimas las empresas que podrían trabajar y generar empleo en la preparación del festival (luminotecnia, sonido, escenografía…); y cuarto, es una plataforma EXCELENTE, para vender el país como destino turístico y mostrar sus muchas maravillas a toda Europa, y a la vista está el increíble trabajo que hacen todos los países organizadores con las “cortinillas” previas a cada actuación. Por tanto, lo de los costes, una subnormalidad.

Luego está lo de que es un festival politizado, obviamente lo es ¿y que no lo es tristemente hoy en día? Hace varios años que este problema se subsanó de forma, a mi juicio, bastante acertada con la modificación del voto de forma que por un lado participa el jurado profesional elegido en cada país y por otro las votaciones del público. Esto hace que se note mucho y a la vista está que en los últimos años países como Portugal o ayer mismo Italia, se han hecho con la victoria cosa impensable hace varios años con las votaciones “amiguistas” de los países del este entre sí.

Y Bueno, respecto a la calidad de las canciones que llevamos, eso es otro estigma injusto en la mayoría de casos, si bien es cierto que hemos llevado mierda, como lo ha hecho otros países también, no es menos cierto que hemos llevado temas que merecían ganar como el de Pastora Soler o Soraya, de indudable calidad, pero que no consiguieron triunfar y la pregunta es ¿Por qué?
Pues es una cuestión que necesita de una respuesta con varios elementos, primero hay que saber que Eurovision desde hace ya bastante tiempo es un certamen con muchos países participantes y con una clara tendencia a sobresalir de alguna manera, ser original, tener una puesta en escena innovadora, arriesgar… y esto no lo hace España. Italia este año ha ganado con un tema de rock que se ha alejado mucho de lo que se “esperaba” de Italia, es decir, ha transgredido, ha arriesgado, ha cambiado, ha propuesto algo diferente a las baladas o temas que siempre acostumbró a llevar; y así es como optas a triunfar. España mientras tanto se empeña con canciones tristoncias de solistas que parece que se van a echar a llorar en el escenario y que no consiguen transmitir ese mensaje de la canción con el que quizá se esperaba llegar, por ejemplo, el caso de Blas Cantó, ¿quién coño en Europa entendió la puesta en escena de la luna y esa movida? Nosotros sí porque sabemos que se dedicaba la canción a su abuela fallecida, pero ¿el resto de Europa?

Y segundo, España se ha conformado ya con ser un mero partícipe del certamen, no ansía ni busca ganar, como sí se nota que lo persiguen otros países, España se dedica exclusivamente a cumplir y solo le interesan las audiencias que pueda reportar el evento a TVE. Lo suyo es que la canción que nos representa, así como que el intérprete de la misma, se pasee por toda Europa y las televisiones de los países realizando una gira promocional y haciendo que el tema suene en todas partes, que es lo que consigue hacer a una canción favorita, que la gente lo escuche y suene…. ¿Qué cojones creéis que pasó con Italia, con Francia, con Suecia, con Malta…? ¿Por qué estaban como favoritas? ¿Por qué acabaron en los puestos altos? Coño porque llevan sonando meses, porque se promocionan, porque sus países se han currado la promoción de estos temas y a la vista que dos de ellos incluso los emplea Mediaset como BSO del documental de Rocío Carrasco, ¿a quienes creéis que han ido los 10 y 12 puntos del público español?

En definitiva, en vez de tocar los cojones y echar mierda encima del festival, primero mejor es saber de que va y conocer la historia que hay detrás.