El “tren turístico” de Brañagallones –el primer transporte de este tipo de la Cordillera Cantábrica– ya es una realidad. El servicio, que se estrenó la pasada primavera tras una larga espera para obtener los correspondientes permisos, tiene una media de ocupación del 70 por ciento, dando cuenta del éxito de la iniciativa.El promotor de este “taxi al paraíso”, que es el nombre que le ha puesto al “tren turístico” es Rafael Fernández Cabilla, que es quien también se ocupa del taxi a Brañagallones.
Fernández Cabilla destacaba ayer que “no estamos parando nada de trabajar, se nota que hay interés por visitar la montaña”. Actualmente se ofrecen tres servicios regulares todos los días, dos de subida y uno de bajada, que se pueden reservar desde la página de internet que tienen habilitada. “Sólo hay uno de bajada porque muchos prefieren hacer el recorrido de vuelta a pie, aunque estamos pensando en poner una segunda bajada para ver cómo resulta”, explicó. Y entre los usuarios que están teniendo estos días, “sobre todo mucha gente mayor, jubilados, grupos de empresas que van de visita y también grupos familiares”.
El camino de este emprendedor no ha sido fácil y le ha supuesto más de un quebradero de cabeza. De hecho, el pasado verano tuvo que dejar su “taxi al paraíso” en la cochera a falta solo de los últimos permisos, que finalmente llegarían para poder arrancar durante el presente ejercicio. “Partimos de la idea, que era hacer un vehículo que pudiese transportar viajeros por la pista de Brañagallones”, señala, “debido a la complejidad del terreno, el promotor encontró que la única forma era con un tren turístico, que llevase el motor delante y los viajeros detrás. Así, el vehículo está formado por una cabeza tractora y un habitáculo diseñado expresamente para la ocasión que, en su interior, se asemeja mucho a un autobús, con un total de 19 plazas y, además, adaptado. El proyecto contó con una ayuda del programa de emprendimiento rural “Leader” del Alto Nalón, que concedió una subvención de 27.000 euros.