Semana histórica en el valle de Muñón (Lena). Las máquinas ya están trabajando en la antigua mina de mercurio de La Soterraña para proceder a la descontaminación del subsuelo. Matizan desde la dirección de obra que se trata de “una fijación de los materiales”, para evitar la filtración a las aguas de escorrentía y su expansión por el valle. La actuación cuenta con una partida europea de 1,2 millones de euros, a través del proyecto “SUBProducts 4Life”. Es un plan pionero: supondrá movilizar 20.000 toneladas de escoria y cenizas para la contención de los contaminantes. Incluye pruebas en las instalaciones de El Terronal (Mieres) y, si funciona, se replicará en antiguas minas de toda Europa.


La mina Soterraña guarda en sus entrañas, además de contaminantes, una terrible historia. Durante décadas, trabajadores enfermaron por su exposición a los contaminantes. “Había hombres fuertes, como pinos, que salían de la mina malos. Algunos no volvían más, porque estaban enfermos y no podían seguir”, explicó un antiguo empleado de la explotación. La mina cerró definitivamente sus puertas en los años sesenta, cuando el valor del mercurio se desplomó sin remedio.

Los vecinos reclamaron ya entonces la descontaminación de la zona. Un clamor que se ha alargado durante medio siglo y que, por fin, esta semana ha recibido respuesta. “Es una buena noticia aunque, hasta que no veamos las actuaciones más avanzadas, no respiraremos tranquilos. Esperamos que esta vez sea ya la definitiva, que no tengamos que esperar más”, apuntaron fuentes vecinales del valle de Muñón. La espera ha sido larga. Ya se habían anunciado otros proyectos de descontaminación que nunca llegaron a buen puerto. De hecho, el plan SUBProducts 4LIFE se anunció en 2017. Fuentes de la dirección de obra explicaron ayer que “la tramitación administrativa ha sido larga”. En el proyecto participan la Universidad de Oviedo, el Principado y empresas particulares. También cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Lena. Las máquinas trabajan desde comienzos de esta semana para dar cabida a esos “subproductos”, que fijarán el mercurio al subsuelo y evitarán que se siga expandiendo. El ritmo del trabajo estará ahora marcado por la meteorología: “Lo ideal es aprovechar los días sin precipitaciones, para garantizar que los subproductos llegan en el mejor estado posible”. “En unos meses se obtendrán ya los primeros resultados”, añadieron.Las puertas de La Soterraña están otra vez abiertas, aunque el acceso está limitado al personal de obra. También se han incrementado las medidas de seguridad para evitar actos vandálicos, como los que se habían denunciado en los últimos años. La Soterraña se había convertido también en lugar para la organización de “botellones” antes de la pandemia.