“Estamos vendiendo a precios de hace 30 o 40 años, y eso no se puede tolerar”. Así de tajantes se mostraban ayer los ganaderos que acudieron por decenas al “Mercaón” de Cabañaquinta, la gran feria del sector en Aller. El encuentro volvía tras un año de parón por la pandemia. Lo hizo en un tono más reivindicativo que nunca, con un sector ganadero muy necesitado de ayudas y de medidas que permitan que las explotaciones no se vean condenadas a su desaparición. Y es que no solo los precios de venta de los animales son menores, sino que también hay otras preocupaciones, como la gestión del lobo o la falta de subvenciones que ayuden a cubrir los elevados costes de crianza de los animales, “que se han disparado en los últimos tiempos”.

Desde la tarde del jueves, los camiones comenzaron a descargar en el recito ferial de Cabañaquinta: casi 900 cabezas de ganado, divididas fundamentalmente en bovino y caballar, aunque también había alguna cabra, aunque de forma residual. Y desde primera hora de ayer, comenzaron los tratos en el mercado de la capital allerana, un espacio que próximamente se renovará para convertirse en el epicentro de la ganadería para todo el municipio. Un proyecto que incluye un centro de desinfección de vehículos –a financiar con los fondos Leader– y un nuevo recinto ferial mucho más moderno. Precisamente este punto fue uno de los que trataron el alcalde de Aller, Juan Carlos Iglesias, y el Consejero de Medio Rural, Alejandro Calvo, que ayer visitó el “Mercaón” y se reunió con la corporación allerana, de la que destacó “su implicación, voluntad y esfuerzo hacia el sector ganadero”.

Alejando Calvo quiso estar presente en Aller pese a la convocatoria de una protesta que había por parte de los sindicatos agrarios. “Compartimos algunas de sus reivindicaciones y además estamos trabajando para seguir apoyando al sector, poniendo todo de nuestra parte”, apuntó el responsable regional que, en el caso de la gestión del lobo, no solo se posicionó al lado de los profesionales ganaderos en contra del Gobierno central, sino que indicó que se está agilizando todo lo posible el pago de los daños. “Es verdad que había una cantidad enorme de expedientes atrasados y hemos hecho un protocolo de actuación para poder aligerar el pago de daños y dar salida a todo lo que había acumulado”, manifestó Calvo, minutos antes de que los sindicatos agrarios desplegaran sus pancartas a la entrada del recinto ferial de Cabañaquinta. La secretaria general de COAG Asturias, Mercedes Cruzado, aseguraba que “estamos en una situación crítica: precios de venta ínfimos, de hace 30 años, costes mucho más elevados, falta de ayudas, y una gestión del lobo que está haciendo que la gente cierre las ganaderías”. En la misma línea dibujaba la situación el secretario general de UCA, José Ramón García “Pachón”, que aseguró que “lo que necesitamos es sobrevivir, se están haciendo inviables las explotaciones en Asturias. Y hoy empezamos una serie de movilizaciones hasta que nos den una solución”.

Y mientras todo esto se sucedía, los ganaderos seguían vendiendo y comerciando. Uno de ellos era, José Luis Pérez, más conocido como “Payares”. Estaba en representación de la ganadería de su mujer, Inmaculada Pérez. No era el mediodía y ya había vendido 14 de las 15 reses que llevó a la feria. “Lo difícil no es vender, sino hacerlo a precios razonables, porque se están comprando los animales a precios bajísimos”, afirmaba. Con todo, y pese al mal tiempo, la actividad en el “Mercaón” nunca defrauda.