La plaza del Carmen de Moreda, en Aller, acogió ayer una protesta protagonizada por vendedores ambulantes. Desde ayer y hasta mediados de enero, unos cuarenta de ellos no podrán volver a poner sus puestos en la localidad debido a la organización de diversos eventos, entre ellos la feria de la nieve y la montaña, Nevaria, que se celebrará a finales de la próxima semana. Los vendedores, apoyados por las tres entidades que representan a su gremio, se quejan de que el Ayuntamiento no les permite desempeñar su actividad con normalidad sin ofrecerles tampoco alternativas reales para colocar los puestos.
Pascual Jiménez, que ejerció como portavoz de los vendedores afectados, se mostró disgustado tras hablar con el alcalde, Juan Carlos Iglesias. “Nos dijo que las fechas del mercadillo las ponen ellos y que, por ejemplo, los días 24 y 31 de diciembre no se podía poner porque no había barrenderos para ocuparse de la limpieza de la plaza”, apuntó. También les indicó que el mercado podría instalarse el resto de los días en la explanada del pozo San Antonio, pero el vendedor explicó que este espacio “no reúne las condiciones para que nuestra presencia allí nos resulte rentable”.
Jiménez expuso, además, que la ordenanza municipal “contempla un mercadillo semanal todos los viernes del año” y que, en el caso de tener que cancelarlo, “deberían habernos avisado con antelación suficiente, algo que no hicieron”. También denunció el vendedor que, para poder subir sus puestos a la localidad de Cabañaquinta el pasado 26 de noviembre, coincidiendo con la celebración del mercaón, “se nos exigió pagar el canon de todo el año con antelación, pero ahora nos anulan siete mercadillos, están jugando con el pan de nuestras familias, sobre todo en estos momentos tan difíciles que estamos pasando”. Esto fue remarcado ayer por la inmensa mayoría de vendedores, ya que quitarles el mercado de Moreda supone perder un día de trabajo que difícilmente podrán recuperar. Los vendedores y el alcalde se emplazaron finalmente a un a reunión que tendrá lugar el próximo martes “en la que intentaremos alcanzar un acuerdo y les expondremos nuestra situación actual”.
Por otro lado, los que sí pudieron realizar su actividad ayer con normalidad fueron los vendedores del sector de alimentación, que se suelen instalar delante del centro de salud de Moreda. Los vendedores ambulantes han sido uno de los sectores más castigados por la pandemia. La situación sanitaria hizo que, en un primer momento, se suspendieran los mercados semanales. Más tarde, y con la mejora de los datos, fueron recuperándose los puestos, aunque de forma distinta. Primero permitiendo funcionar solo a una parte de los vendedores, lo que hacía que se fueran alternando cada dos semanas para poder trabajar. Y después, trasladando los tradicionales mercados, que solían estar en la zona centro de las localidades, a otros entornos un poco más abiertos. Esta situación también causó malestar entre los vendedores, ya que afectaba directamente a las ventas. Con el paso de los meses se fue recuperando la normalidad en los mercados, por eso una situación como la que están viviendo los vendedores ambulantes de Moreda vuelve a despertar sus quejas.