Dieciséis años después de su puesta en marcha, y todavía con unos 180 usuarios utilizándolo de manera habitual, se despide el servicio de metabús del valle del Nalón. La Consejería de Salud del Principado de Asturias ha tomado ya la decisión firme de suprimir este servicio, que pasará a prestarse en los distintos centros de salud de la comarca. IU advierte de la situación, ya que si bien la metadona seguirá suministrándose, “se pierde el componente de ayuda social que se presta”. Se perderán tres empleos: conductor, enfermero y trabajador social. Mientras el metabús del Nalón deja de funcionar, el existente en Gijón –son los dos que permanecían en activo– seguirá prestando servicio el próximo año, pese a contar con un número inferior de usuarios.

IU ya había advertido hace meses de la posibilidad de perder este servicio. En la Junta General, el portavoz de la coalición, Ovidio Zapico preguntó en octubre al Gobierno regional si la decisión estaba tomada y el motivo de la misma, de llevarse a cabo. El consejero de Salud, Pablo Fernández, contestaba días después que “en el área sanitaria 8 (valle del Nalón) se está desarrollando el proceso de metadona líquida a Metasedín (pastilla) de todos los pacientes del metabús, y este proceso irá seguido de la derivación de los pacientes a la dispensación descentralizada”. Esta atención se llevará a cabo, desde el 3 de enero en los centros de salud de La Felguera y Sama (por la puerta de urgencias), de El Entrego, Sotrondio, Pola de Laviana y Riaño. “La única información que tienen los usuarios”, denuncian, “es un papel informando de estos cambios, ninguna comunicación oficial”. En la respuesta del Gobierno, también se confirma la continuidad, al menos durante el año 2022, del metabús de Gijón.

Una vez recibida esta contestación, IU volvió a preguntar en la Junta, interesándose por “los recursos alternativos que se van a articular para cubrir el vacío que deja el servicio en su actual configuración, tanto en los aspectos que atañen a la administración de la medicación como sobre los recursos sociales para el seguimiento y apoyo de las personas de este colectivo de gran vulnerabilidad”. Por el momento, esta segunda pregunta no ha recibido respuesta por parte del Gobierno regional.

Es precisamente la posible pérdida del servicio social que prestaba el metabús lo que más preocupa, ya que una parte de los usuarios son personas en riesgo de exclusión social. En el metabús no solo se les administraba la medicación –la metadona se usa para ayudar a la desintoxicación de las personas con algún tipo de adicción a las drogas–, también “se les hacía un seguimiento de su estado, de cómo se encontraban de salud pero también de ánimo, socialmente. Se hacía un seguimiento individualizado”.

 

Fuente: LNE