La aparición de lo que, según todos los indicios, parece un esqueleto humano ha generado un notable revuelo e inquietud en la zona baja del valle de San Juan, en Mieres. Los restos fueron hallados el pasado miércoles por un vecino de Los Pontones en una finca de difícil acceso próxima a la carretera general. La Guardia Civil investiga el caso. De momento, los huesos han sido trasladado al Anatómico Forense para su análisis. Las periciales iniciales apuntan a que se trata de la estructura ósea de un cadáver humano. También se ha podido constatar que se trata de restos que llevan mucho tiempo abandonados. Es decir, la muerte no ha sido reciente. A la espera del resultado del estudio forense, el estado del cuerpo apunta a un fallecimiento que seguramente se produjo “hace lustros o incluso décadas”. Con todo, de momento solo han trascendido suposiciones.

Los restos fueron encontrados en el interior de una bolsa de plástico. Se encontraban parcialmente ocultos entre la maleza, aunque sin llegar a estar enterrados. El vecino que los halló había accedido a la finca en busca de varas de avellano y mientras rebuscaba entre la frondosa vegetación encontró el saco. Lo abrió y dentro en encontró el esqueleto, que rápidamente identificó como de origen humano, dando aviso a la Guardia Civil.

A la zona se desplazó un equipo del servicio judicial de la Guardia Civil de Mieres. Posterior acudió la autoridad judicial de guardia para decretar el levantamiento del cadáver. El punto del hallazgo no está muy alejado de la carretera general de Santo Emiliano, justo antes del pueblo de Los Pontones. El acceso es complicado debido a la abundante vegetación, tanto baja como arbolada. Fuentes próximas a la investigación aseguran que el cráneo encontrado presentaba lo que podría definirse con una hendidura. No obstante, las citadas fuentes señalan que el avanzado estado de deterioro de los restos aconseja no adelantar ningún tipo de suposición. Aun así, en los alrededores de Los Pontones no se hicieron ayer más que cábalas y conjeturas.

En el valle de San Juan no se han denunciado desapariciones recientes. Con todo, hay dos casos que ayer los vecinos recuperaron de la memoria colectiva. “A principios de los noventa desaparecieron dos mujeres”, recuerdan varios vecinos. Ponen nombres y apellidos a las citadas vecinas y el convencimiento es de que fueron asesinadas ambas. Ahora bien, en el valle dudan de que los restos correspondan a estas personas. “No tiene sentido que los cuerpos fueran arrojados en este punto ”. Entre los vecinos extraña que el cuerpo haya podido estar años y años en el lugar en que fue encontrado sin que nadie lo viera previamente. “Es una zona con vegetación, pero hay pistas ganaderas alrededor”. Otra posibilidad que barajan en la comunidad es que los restos hubieran estado previamente enterrados: “Hay mucho jabalí y sería posible que hubieran desenterrado la bolsa”. Las conjeturas que se hacen en el valle de San Juan son de todo tipo. No todas apuntan a una muerte violenta. Son muchos los que se inclinan por una explicación reposada: “Pueden ser restos que por algún motivo se sacasen de un nicho y se hicieran desaparecer, cosas más raras se han visto”. El hecho de que los huesos aparecieran en una bolsa no muy grande apunta a que fueran introducidos en la misma ya en forma de esqueleto. El sentir general es que “nadie elegiría este lugar para ocultar un crimen”.

 

Fuente: LNE