El Ayuntamiento de Morcín es decanta por transformar el trazado férreo que une el concejo con Trubia en una senda verde antes que por desarrollar el proyecto del tren turístico planteado por la asociación “Santa Bárbara”. Tanto el gobierno local de IU como el grupo municipal socialistas se mostraron ayer partidarios de ejecutar la actuación peatonal propuesta por la Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza (ANA). “Esto no significa que estemos en contra del tren turístico, simplemente pensamos que para Morcín es más ventajosa una senda para viandantes y cicloturistas”, explicó ayer el alcalde del municipio Mino García (IU).

La pasada semana el alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez (IU), logró que sus homónimos de Oviedo, Aller y Ribera de Arriba apoyasen públicamente el proyecto del tren turístico, iniciativa que, en principio, también respaldaba políticamente Morcín. Sin embargo, este aval tiene un matiz de calado. La Corporación morciniega se decanta por desarrollar la senda verde que proponen los ecologistas. Llegado el caso, el Ayuntamiento asumiría sin poner trabas la iniciativa ferroviaria, pero dejando claro que no es la opción más ventajosa para el concejo: “Egoístamente, el proyecto que mejor nos encaja es de la senda verde”, apunta sin querer entrar polémicas Mino García. La postura tiene una explicación perfectamente racional que se sustenta en un viejo problema local: “Tenemos un problemático cuello de botella entre Santa Eulalia y Argame, ya que se trata de un tramo en el que confluyen la carretera nacional, la vía del tren y el río, lo que obliga a que muchos vecinos tengan que hacer uso de la carretera general para pasear o hacer deporte”, señala el regidor”.

La postura del Alcalde coincide con la del PSOE local. “Consideramos fundamental el desarrollo de una senda verde, ya que evitaría el riesgo innecesario al que se someten nuestros vecinos cada vez que salen a realizar cualquier tipo de actividad y tienen que realizarla por el arcén de la carretera general. Un concejo con un atractivo turístico como Morcín debería potenciar este tipo de proyectos para generar riqueza”, señalaron ayer los socialistas. En cuanto al proyecto sobre un tren turístico, el edil Marcelino García reconoce que “nos genera bastantes dudas sobre qué impacto económico pueda tener en el concejo, entendiendo que los grandes beneficiados serían los municipios de inicio y llegada (Aller y Oviedo)”.

La Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza (ANA) aspira a que se habilite una vía verde entre Baíña (Mieres) y Trubia (Oviedo), aprovechando el trazado de ancho métrico (antigua Feve) en desuso entre ambas localidades, y así se lo ha hecho saber el colectivo por escrito al presidente del Principado, Adrián Barbón. Ese tramo de vía, perteneciente a la línea Baíña-Collanzo, dedicada durante varios decenios al transporte de carbón, y de forma secundaria al de pasajeros, cerró a finales del siglo pasado, cuando se convirtió en vía verde el tramo entre Oviedo y Las Caldas.

Paralelamente, la sección de arqueología industrial de la asociación “Santa Bárbara” ha dado forma a una idea que, a lo largo de los últimos años, ha sido una aspiración recurrente, pero sin pasar de ser un apunte a pie de página. En este caso, el objetivo es poner en marcha un tren histórico, que el historiador Bas Ordóñez estructura en el proyecto en torno a una locomotora de vapor y un conjunto de coches de viajeros, todos ellos con más de 50 años de antigüedad. De esta forma se recuperaría el trazado entre Baíña y Trubia y se relanzaría el cada vez menos utilizado servicio hasta Collanzo, que en 2018, según recoge el proyecto, apenas alcanzaba el 18 por ciento de ocupación, con 78.000 viajeros.