Un embudo vial que obliga a transitar por el arcén de la carretera general, túneles sin suficiente iluminación y tres peligrosos accesos a polígonos industriales. En apenas 15 kilómetros, la vieja Nacional-630, antigua carretera de Castilla, intimida con una red de “trampas” que pone en peligro a conductores, peatones y ciclistas. Las quejas de usuarios y de los propios ayuntamientos de Mieres y Morcín han servido de poco, aunque en algunos casos las soluciones llevan comprometidas desde hace años.

Los problemas que afecta a la vieja carretera nacional entre Morcín y Mieres se pueden englobar en tres frentes. Por un lado, siguiendo el sentido de la circulación tomando como salida Oviedo, el conductor se encuentra, entre Argame y Santa Eulalia, con una larga recta que con más frecuencia de la deseada es frecuentada por viandantes. “Tenemos un problemático cuello de botella entre Santa Eulalia y Argame, ya que se trata de un tramo en el que confluyen la carretera nacional, la vía del tren y el río, lo que obliga a que muchos vecinos tengan que hacer uso de la carretera general para pasear o hacer deporte”, señala el alcalde, Mino García.

Esta carencia de alternativas ha llevado al Ayuntamiento ha solicitar el desarrollo de una senda por transformar el trazado férreo que une el concejo con Trubia, propuesta que fue planteada en su momento por la Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza (ANA).

No muy lejos de Santa Eulalia, en el desvío hacia Riosa, comienza el tramo de túneles de la Nacional. Se trata de un circuito de pasos oscuros y peligrosos por el que transitan gran cantidad de ciclistas. Operarios de Carreteras ejecutaron el año pasado una serie de mejoras en las galerías, que incluyeron desbroces para mejorar la visibilidad. Eso sí, fuentes oficiales recalcaron que la obra más esperada en el interior de los pasos -la instalación de iluminación- tendrá que esperar por falta de presupuesto.

Los túneles de la antigua vía llevan años generando polémica. Y las quejas se encienden más en los años en los que la Vuelta Ciclista a España llega al Angliru. Es porque la carretera se llena de ciclistas que quieren alcanzar la cima y se incrementa el riesgo de accidentes en una vía que, entre otros problemas, tiene en los túneles el más grave. Con todo, el paso de ciclistas es constante. Ya en 2009, con Antonio Trevín como delegado de Gobierno, el proyecto estaba sobre la mesa.

Dentro de los pasos de la carretera, entre Morcín y Mieres, es casi imposible ver a los ciclistas. Especialmente en días soleados, por el cambio de luz en la entrada, y si los deportistas no llevan la equipación adecuada. En los últimos años se han organizado varias protestas.

Nada más pasar, el tramo de túneles, la Nacional-630 enfila los accesos a tres de los principales polígonos de Mieres. El alcalde del concejo, Aníbal Vázquez (IU), remitió a principios de mes un escrito dirigido al ministro de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos (PSOE), reclamando el desarrollo del proyecto de mejora de los enlaces a Cardeo, Loredo-Baíña y el polígono de Fábrica de Mieres. El regidor subrayó en su exposición que estas actuaciones, comprometidas por primera vez en 2011, dotarán de mayor seguridad a estos enlaces, algo que vienen demandado los usuarios de la vía incesantemente, con varios accidentes graves a lo largo de los últimos años. La actuación por la que Mieres lleva una década esperando rondaría el millón de euros, según los peritajes realizados por el propio Ministerio.

El Ministerio trasladó al Ayuntamiento de Mieres el pasado mes de septiembre un escrito asegurando que la mejora en los accesos a los citados polígonos mierenses se aprobó definitivamente en 2019, quedando pendiente de cobertura presupuestaria.