La precisión de una voladura puede suponer el éxito de un rescate. Es por eso que noventa agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional de toda España se formarán con la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa, expertos en la materia, durante las próximas semanas en un curso de microvoladuras (explosiones controladas para causar el menor daño al entorno). La presentación de la actividad, que se dividirá entre formación básica y avanzada, tuvo lugar ayer en el pozo Monsacro, Morcín.

El presidente de Hunosa, Gregorio Rabanal, encabezó el acto. También acudieron la delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa, y el coronel Francisco Javier Puerta, jefe interino de la Zona de Asturias de la Guardia Civil. Estuvieron con los miembros de la Brigada, que encabeza su jefe Antonio Ortega Escalada. “Estoy encantada de verlos, es como saludar a ‘Los Beatles’”, bromeó Losa ante los mineros.

Primero, las novedades, que explicó Rabanal: “Llevamos once años impartiendo este curso, desde Hunosa para las fuerzas de seguridad del Estado”, explicó Rabanal. Pero, hasta ahora, solo asistían agentes de la Policía Nacional. En esta ocasión, se han sumado a la formación miembros del cuerpo de Técnico Especialista en Desactivación de Artefactos Explosivos (TEDAX) de la Guardia Civil.

El teniente del servicio, Salvador Serrano, señaló que “hemos venido desde distintos puntos de España para formarnos en el trabajo de microvoladuras”. Se trata de un curso para mejorar la técnica al romper estructuras colapsadas, liberación y excarcelación de personas atrapadas.

Ese es el temario, teórico y práctico, del módulo básico. La otra novedad de esta edición es un módulo avanzado: los participantes trabajarán en espacios confinados, posiblemente dentro del pozo Monsacro. “La colaboración entre la Brigada y los cuerpos de seguridad del Estado viene ya de lejos, aunque se hizo más pública en el rescate de Totalán”, señaló Rabanal.

Fue entonces cuando la Brigada de Salvamento de Hunosa trabajó sin descanso para rescatar al pequeño Julen, que finalmente fue hallado sin vida: “En aquella ocasión tuvimos que utilizar esta técnica de microvoladura y ahora, en estos cursos, los asistentes podrán obtener nuestros conocimientos tanto en trabajo con explosivos, como en espacios confinados o no respirables”, señaló Ortega Escalada.

Aquel rescate dio a conocer más a la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa; pero lo cierto –recordó el jefe del equipo– es que “llevamos mucho tiempo dedicándonos a esto. Para nosotros fue un revulsivo, y estamos intentando que todos los conocimientos que teníamos entonces y los que hemos adquirido no se pierdan en el tiempo”.

Con la crisis del sector extractivo, ellos también se han diversificado: acuden a rescates en montaña, cuevas, túneles y otros espacios confinados.