ha pasado en apenas dos décadas de contar con 1.500 a sumar poco más de 500. Dos de cada tres pupitres han quedado vacíos. El balance es necesariamente malo, pero el retroceso se hace especialmente laceroso cuando entre ambas cifras se intercalan los más de 130 millones de euros que se han invertido para impulsar el campus de Barredo.

El nuevo rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, realizó días atrás su primera visita oficial al campus de Mieres para, posteriormente, presentar en el Ayuntamiento su plan estratégico para las instalaciones universitarias de Barredo. Un programa que pasa por potenciar los posgrados y la investigación, con la creación de nuevos institutos, y otras entidades de transferencia tecnológica y de creatividad con la empresa. Eso sí, en este nuevo horizonte no se ven, de momento, nuevas titulaciones: “Hay que reforzar lo que ya tenemos”, expuso.

Lo que tiene el campus, a nivel docente, son 507 alumnos. La cifra aparece destacada en el arranque del documento programático que el propio Ignacio Villaverde entregó a los representantes políticos locales. Estos estudiantes hacen uso actualmente del edificio científico-tecnológico del campus de Mieres, inaugurado en 2002 con unas expectativas cuando menos tan grandes como el mastodóntico edificio de hormigón construido junto al pozo Barredo. Se gastaron 130 millones de euros de los fondos mineros para que tuviera capacidad para hasta 6.000 alumnos.