Las quejas vecinales por la organización de lo que populares se conoce como carreras ilegales se han trasladado al centro de Mieres. El problema late con fuerza en la calle Gijón, el principal canal que vertebra el tráfico desde el enlace norte con la autovía hacia el corazón de la ciudad. Los vecinos viven al borde de la arritmia. La narración es ciertamente alarmante. Ya se han producido atropellos y las llamadas a la Policía Local reclamando intervenciones van en aumento. La presencia de jóvenes al volante de coches de gran cilindrada se vincula con la actividad de un establecimiento hostelero abierto recientemente. También se detecta una alto consumo de drogas. “Menudo cuadro tenemos; hay que verlo para creerlo”, explica coloquialmente un conocido jubilado al no encontrar palabras para describir lo que está sucediendo.
Los vecinos han recopilado decenas de vídeos y fotografía con coches realizando acelerones, trompos y frenadas. “El otro día se pusieron dos de los coches en paralelo sobre el paso de peatones y un grupo de chavales les dio la salida con una cuenta atrás tal cual se ve en las películas americanas”. En este caso, la realidad supera a la ficción, ya que las citadas escenas se están produciendo en plena tarde y en una calle céntrica de la ciudad.