Tras salir victoriosos el pasado mes de marzo en Bilbao, el equipo Lastra Racing, formado por alumnos y profesores del IES Sánchez Lastra de Mieres, volvió a triunfar el pasado fin de semana en la prueba automovilística celebrada el pasado fin de semana en Torrelavega (Cantabria), donde competían con un vehículo eléctrico creado por ellos mismos.
La competición, impulsada por las empresas GreenPower Iberia y Bridgestone, se celebró el domingo y contó con ocho equipos procedentes de la propia Torrelavega, pero también de Asturias y el País Vasco. El equipo de Mieres estaba formado por los profesores Antonio Hernández, Fernando Fueyo y José Manuel Díaz, además de los alumnos Raquel Carvajal, Raúl Vázquez y César Capelas, quienes poco a poco se están convirtiendo en expertos de la materia. De hecho, ya tienen las miras en otra prueba que iba a celebrarse en Navarra, pero que fue aplazada por el coronavirus y está pendiente de fijar nuevas fecha. También acudirán a la comunidad foral el próximo mes de agosto a una prueba de resistencia de coches eléctricos y valorarán acudir a la competición internacional, que tendrá lugar próximamente en Silverstone, en Reino Unido.
La prueba del pasado fin de semana consistió en un circuito en plano de seiscientos metros donde los pilotos tenían que conducir durante una hora, quedando el equipo del IES Sánchez Lastra en primer lugar dentro de su categoría. El profesor Antonio Hernández destacó ayer la “camaradería” que hubo entre todos los equipos que participaron y destacó, sobre todo, el equipo de Torrelavega “que era muy bueno porque además lo dirigía un mecánico de rallys, y eso se nota”.
Los mierenses acudieron hasta la ciudad cántabra con nuevas mejoras en su vehículo con respecto a la prueba de Bilbao, entre ellas el sistema de circulación del aire o las catalinas. Y eso que no todo fueron alegrías, ya que justo antes de empezar la competición “tuvimos un problema con el coche, porque tocaba el suelo, así que nos tuvimos que poner sobre la marcha para cambiar la suspensión, desmontarla, ponerles piezas, cambiar la batería, volver a montarla… todo en media hora para poder seguir con la competición, aunque al final nos fue muy bien”.
Fuente: LNE