Las estaciones de esquí del Principado, Valgrande-Pajares y Fuentes de Invierno, completan su nombre con una coletilla, “y de montaña”, que también deja entrever su uso fuera de la temporada invernal. Desde hace un par de años, la administración regional, que es la que gestiona directamente el complejo lenense de Pajares, ha decidido impulsar las actividades veraniegas. El primer año de esta experiencia, en el que el auge del turismo natural y al aire libre, alimentado por las medidas de seguridad impuestas por la pandemia, unido a una climatología veraniega pocas veces vista en Asturias, supuso un enorme éxito. Esta segunda temporada de “Veranu en Payares”, que así se llama el programa, también está siendo buena, aunque en este caso el tiempo no está ayudando tanto como el pasado año. Aún así, los organizadores de las actividades se muestran satisfechos cuando ya se ha cumplido la mitad del programa previsto.

Hasta la fecha, son más de medio millar las personas que han utilizado el remonte que se pone a disposición del público en verano para poder ascender hasta la cima de la estación. Bien es cierto que en esa cifra se incluye también a los usuarios que optaron por adquirir uno de los nuevos abonos de verano, que el Principado sacó como novedad esta temporada, y que permiten, al igual que en temporada de esquí, el uso del remonte durante todo el estío. Así se accede más rápidamente a las rutas que parten desde la zona alta de la estación invernal.

Si el verano pasado la climatología fue un gran aliado de las actividades en la estación lenense, el tiempo en estos meses no está siendo del todo benévolo. Precisamente la climatología, y la previsión de niebla y lluvia nocturna, hizo que ayer se cancelase, y se pospusiese hasta septiembre, un taller de astrofotografía con medio centenar de personas inscritas. “Es algo que puede pasar, porque aunque sea verano, para algunas actividades programadas también dependemos del tiempo”, señalaban desde la estación. Esta actividad es solo una de tantas de las que se organizan en la montaña lenense. Desde descensos en bicicleta, hasta rutas senderistas, pasando por partidas organizadas de “pain-tball”, o incluso por un torneo de baloncesto que tendrá lugar en el primer fin de semana de septiembre. Y todo ello, aderezado con la posibilidad de comer en un restaurante a 2.000 metros de altura, y con unas vistas dignas del mejor de los miradores.

 

 

LNE