Un ganadero de Sobrescobio ha denunciado ante la Guardia Civil la muerte a tiros de uno de sus animales, una vaca adulta, que presentaba dos disparos, uno en la cabeza y otro “en la barriga”. El certificado veterinario oficial atestigua que “el animal presenta una herida en la zona frontal que penetra en el cráneo al menos 5 centímetros, y el diámetro del orificio coincide con el de una bala del calibre 22”. El animal fue encontrado en el paraje conocido como Fresnu, en el entorno de la Ruta del Alba y de Soto de Agues.

La denuncia, realizada en el cuartel de la Guardia Civil de Pola de Laviana, será investigada con casi total probabilidad por el equipo del Seprona, el Servicio de Protección a la Naturaleza. El denunciante, Belarmino Canella Barbón, explicó que ha llevado a cabo todo el proceso asesorado por su abogado, Arturo León. Tal y como relata en la denuncia, el ganadero, que cuenta con unas 150 reses en total, observó el 1 de agosto que una de su vacas, que se encontraba en Fresnu, presentaba un mal estado de salud. Pidió el consejo de un veterinario, que le dijo que le pusiese una inyección al animal, cosa que hizo. Detectó una herida en la cabeza, “sin saber qué la había producido”, y el aplicó “betadine”. El día 2 un vecino le alertó de que en esa campa había una vaca en mal estado, y que podía ser suya. Acudió al paraje a atenderla, y en ese momento, con una exploración más exhaustiva, comprobó que la vaca tenía “dos impactos de bala, uno en la cabeza y otro en el costado derecho”. La visita del veterinario certificó la herida en la cabeza, con una profundidad “de al menos 5 centímetros” (medida con unas tijeras de trabajo) y con un diámetro “del orificio que coincide con el de una bala del calibre 22”, una medida muy habitual tanto en armas de caza como de tiro deportivo.