Los responsables de Triman Minerals simularon “una situación patrimonial ficticia” para declarar a la empresa en concurso de acreedores (figura anteriormente conocida como suspensión de pagos). Lo hicieron falseando las cuentas para empeorar los balances, y anunciar así el final de la actividad en sus plantas de Mieres –en Vega de Arriba y en Loredo–. Las factorías, dedicadas a la producción de material para canteras, llevaban funcionando más de dos décadas y empleaban a treinta personas.

Triman Minerals apagó las máquinas en el verano de 2018. Tras años de un complejo proceso judicial, la Administración Concursal ha llegado a un acuerdo con los imputados y la Fiscalía de Navarra (donde Triman tiene su sede principal). El concurso de acreedores, en base a esa situación patrimonial “ficticia”, se declara “culpable”. Además, serán inhabilitados varios responsables de la compañía y de un aval (de la empresa Saher, una filial cuyo único socio era Triman y con la que compartía representante legal). El citado acuerdo está pendiente de la homologación judicial.

La situación en Triman Minerals fue muy tensa para la plantilla. Durante años, soportaron Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs) y recortes. Fue en la primavera de 2018 cuando estalló el conflicto: la empresa anunció a los empleados su entrada en concurso de acreedores. Ya entonces, la plantilla llamó la atención sobre una serie de “irregularidades”. Denuncia que respaldaron los sindicatos. Unos días después del anuncio de Triman, Comisiones Obreras (CC OO) publicó un informe en el que llamaba la atención sobre la “irresponsabilidad de los gestores” durante los últimos meses de actividad. Entre otras cuestiones, el escrito subrayaba que los máximos responsables de Triman Minerals se habían subido el sueldo en plena crisis de la empresa. Además, habían firmado contrataciones de operarios mientras la carga de trabajo “caía en picado”.

La tramitación siguió adelante. La gestión quedó en manos de una Administración Concursal que actuó rotunda: ante el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Pamplona denunciaron estas “irregularidades”. Y más. Entre otras cuestiones, plantearon que Triman Minerals podría haber vendido material y maquinaria por “un valor mucho más bajo del que tenía en el mercado”. El comprador fue la ya citada empresa Saher. En cifras: el valor en el mercado de los bienes alcanzaba los 1,3 millones de euros, Saher pagó por ellos 640.457 euros.

En el acuerdo alcanzado por la Administración Concursal con los imputados, según consta en el informe oficial de los administradores, no se refleja ese presunto alzamiento de bienes. La “simulación de una situación patrimonial ficticia” antes de la declaración del concurso, se basa en “la operativa realizada con determinadas entidades financieras”. En estas maniobras, en algunos casos, “se descontaron remesas de clientes de las que se emitió posteriormente facturas de abono”. Triman no informó de estos pagos a las entidades financieras.

 

LNE