“No hay mal que por bien no venga”. El sabio refranero español deja consuelo para el “no verano” que se está viviendo en Asturias y más en concreto en las Cuencas mineras. Y es que la ausencia de sol e incluso la caída de tormentas estivales ha hecho que las reservas de aguas de los pantanos de las Cuencas estén garantizadas y sean abundantes. Entre los tres embalses de los territorios mineros (Tanes, Rioseco, y Alfilorios), están casi al 87 por ciento de su capacidad, garantizando el suministro de agua para los próximos meses. Sin embargo, otros territorios donde el verano es más seco, y en las que el sol aprieta de lo lindo, no se encuentran en esta idílica situación hídrica. A modo de ejemplo, el embalse de Barrios de Luna, en la vecina provincia de León, que no llega ni siquiera al 50 por ciento su capacidad.

Este verano, el de 2021, era muy esperado por todos los ciudadanos. Tras un estío perdido por la pandemia, y con una, a priori, mejor situación epidemiológica, la gente estaba sedienta de buen clima, de playa o de montaña, para poder recuperar el tiempo perdido. Sin embargo, en las primeras semanas del verano las nubes y la lluvia fueron la tónica predominante, una situación nada agradable para los ciudadanos, pero que realmente ha tenido unas consecuencias positivas para los embalses de las Cuencas. Y es que tanto Rioseco, como Tanes, en el valle del Nalón, como Los Alfilorios en la comarca del Caudal, han acumulado un notable nivel de reservas de agua, de las que beben la mayor parte de los asturianos.