Es uno de los ejemplos de la fallida reconversión de las comarcas mineras. Más de una década después de su construcción, el edificio ubicado en las tolvas del pozo Monsacro sigue sin inaugurarse, y cada vez más deteriorado. Una vez descartado el proyecto para el que fue concebido, un museo de los Quesos de Asturias, el edificio está despertando interés de iniciativas privadas para poner en marcha alguna actividad. No en vano, el gobierno local de Morcín recibió ayer una visita en las instalaciones de un grupo de personas vinculadas al sector de la restauración, que podría ser una de las salidas para que, por fin, la Foz de Morcín vea este emblema recuperado y funcionando.


La tarea, en todo caso, no será sencilla. El abandono del inmueble durante estos últimos lustros ha provocado un tremendo deterioro. Por una parte el paso del tiempo ha hecho mella en diferentes partes del edificio. Por otro lado, el vandalismo ha contribuido a destrozar una inversión que supuso un desembolso de más de un millón de euros. Cristaleras rotas, puertas reventadas, pintadas en las paredes… Un edificio que sin haber llegado a estrenarse, apunta casi a la ruina, si antes no se hace nada para evitarlo.

El responsable último de su adecuación para albergar cualquier actividad sería, en principio, el Ayuntamiento de Morcín. Sin embargo, ante el interés que parece haber despertado el edificio, el consistorio estaría dispuesto a valorar diversas fórmulas de convenio para acometer las obras. “Hay que ver como se plantea, que actividad se va a desarrollar y poner sobre la mesa la mejor opción, que incluso podría ser una cesión sin cobrar alquiler a cambio de las obras de adecuación”, señaló la alcaldesa en funciones de Morcín, María Perera.

Por lo pronto, el Ayuntamiento ya ha comenzado a actuar en la zona. Tras comprar a Hunosa los terrenos y las antiguas tolvas del pozo Monsacro, el gobierno local morciniego procedió a la construcción de un aparcamiento, habilitando varias decenas de plazas. Las obras terminaron a finales de junio, y el espacio ya está operativo.

Este primer paso en el entorno del fallido Museo de los Quesos de Asturias va en la línea de las ambiciones que se marcaron los actuales gestores morciniegos a principios del mandato, que no era otro que dotar por fin de actividad el equipamiento. Interés en el hay, y a partir de ahí, en la rehabilitación del espacio estará la clave para que se pueda iniciar algún proyecto.

El edificio fue construido sobre las tolvas del pozo Monsacro en el año 2008, gracias a una inversión de un millón de euros y no sin varios problemas con la empresa adjudicataria. La idea era albergar en él un equipamiento museístico. Para esa fase, había presupuestados 800.000 euros de fondos mineros, pero su eliminación en 2011, dejó el equipamiento huérfano. Desde entonces, no ha habido proyecto que cuajase.