El despoblamiento que sufren los pueblos y el propio abandono de las sendas está provocando que las rutas y caminos de montaña estén desapareciendo bajo maleza y argayos. En Mieres, los senderistas calculan que a lo largo de las últimas dos décadas más de 200 kilómetros de senderos señalizados han desaparecido. Toda la red de rutas federativas ha sido paulatinamente descatalogada. Para remediar esta problemática, el Ayuntamiento pretende involucrar a la propia ciudadanía en las labores de mantenimiento de los caminos. El primer paso para implicar a la sociedad civil en la recuperación de pistas y caminos cuenta con el apoyo del Grupo de Montaña “San Bernardo” de Turón. El colectivo ha respondido a la llamada municipal y, en principio, comenzará a trabajar la próxima primavera. Afrontarán la tarea de desbrozar y limpiar varias rutas de la zona alta del valle que actualmente se encuentran casi impracticables. Se trata, por ejemplo, de la ruta de Los Caseríos o de la Vía La Llama.

De momento, el plan municipal no ha hecho más que tomar forma. Ahora bien, el concejal del área de Servicios a la Ciudadanía, Juan Ponte, tiene claro que en lo referente al sostenimiento de la red de rutas solo se puede avanzar en una dirección: “La tarea de mantener estos espacios es inasumible por los ayuntamientos”. Dicho esto, las administraciones locales sí pueden servir de soporte para establecer un plan de cooperación que aglutine a asociaciones vecinales y otros colectivos deportivos y culturales. “Al final, se trata de poner los medios para que quienes utilizan estos espacios puedan contribuir a su supervivencia”, recalca Ponte.

El Ayuntamiento de Mieres tiene en marcha un plan de empleo con 33 trabajadores dedicados al acondicionamiento de rutas de senderismo y caminos municipales. No obstante, la iniciativa se centra en la mejora de pasos que actualmente son relativamente accesibles. Los responsables municipales asumen que la recuperación de los caminos de la zona rural que han desaparecido en los últimos años excede de las competencias y capacidad de prestar servicios del propio Ayuntamiento.

De momento, el grupo de Montaña “San Bernardo” ha sido el primer colectivo en comprometerse con el Ayuntamiento a la hora de colaborar en la recuperación de rutas. Eso no significa que el Consistorio se vaya a desentender de estos espacios. Así, la concejalía de Mantenimiento y Servicios, que dirige Luis Ángel Vázquez Maseda, inició recientemente las obras de adecuación y mejora de la Pista de La Molinera, el último tramo de la Senda Verde de Turón, comprendido entre Enterríos y la Güeria de Urbiés. Estos trabajo tienen como objeto “la mejora del firme, el acondicionamiento de la señalización, la rehabilitación del patrimonio industrial que se expone en la senda, la retirada de restos de deslizamientos y la mejora de la evacuación de aguas”. En concreto, la actuación incluye la limpieza, la retirada de restos y desatasco de todos los caños existentes en el trazado, procediéndose a retirar los argayos y restos de arbolado, despejando totalmente la zona de tránsito y dando continuidad a la evacuación longitudinal de aguas de lluvia. También se procederá a la apertura y perfilado de la cuneta en tierra y se realizarán varias reparaciones sobre la capa de rodadura, eliminándose baches y reponiendo el pavimento.

Son muchas las rutas de Mieres que se han borrado del catálogo regional de sendas. El recuento no completo incluiría las siguientes: Senda de los Caseríos y Brañas Turonesas, que transcurre a lo largo de casi 15 kilómetros; senda del valle de Loredo, una iniciativa impulsada por el movimiento vecinal de casi 10 kilómetros de longitud; sendero del valle de Cuna, que transcurre por los cordales de Cuba y Segá y alcanza los 12 kilómetros de longitud; ruta de la sierra de Llagos, que se trata de un recorrido de 6 kilómetros por el entorno de la localidad de Baíña; la ruta de Llosorio, de 15 kilómetros; la ruta de San Justo, de pocos más de 8 kilómetros; la ruta de Llama, de 14 kilómetros; y las sendas peatonales del río Caudal y Turón, que suman unos 25 kilómetros y conllevaron inversiones millonarias.