Las obras de reparación del puente de Seana llevan adjudicadas desde principios de junio, sin que de momento hayan arrancado las labores. La empresa adjudicataria pretende que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana permita abordar modificaciones en el proyecto, medida planteada por la empresa para mitigar posibles molestias al tráfico de la autovía Oviedo-Campomanes (A-66), que pasa bajo el viaducto dañado en octubre de 2018. El Ayuntamiento de Mieres ya no esperará más tiempo por lo que de inmediato exigirá a la empresa que inicie las labores de reparación “sin asumir más demoras”.

La reparación correrá a cargo de la empresa Estructuras Técnicas y Servicios de Rehabilitación, con un presupuesto de casi 184.000 euros. Las obras se centrarán en la sustitución de la viga dañada, así como en la reconstrucción del tablero y la imposta afectada en toda la longitud de la citada viga, de 15,8 metros. La actuación durará unos dos meses. Tras ganar el concurso en las citadas condiciones, la empresa ha planteado colocar una estructura de soporte de fibra de carbono, alternativa que ya fue rechazada originalmente.

Sin embargo, ahora alegan que de esta forma se reduciría la incidencia del trabajo sobre el tráfico. El proyecto establece la necesidad de abordar cortes puntuales de la circulación, sobre todo en la fase de montaje del andamiaje. Ahora bien, el pliego de condiciones detalla que si en algún momento es necesario el cierre de ambos carriles, estas labores deberán desarrollarse en horario nocturno. En este contexto, el PSOE preguntó ayer en el Pleno por el estado de la obra. Los socialistas llevan mucho tiempo reclamando que se aborde el arreglo de la estructura sin asumir demoras. El gobierno local de IU parece ahora también dispuesto a no aceptar más dilaciones. Salvo que el Ministerio intervenga, algo que parece improbable, el Ayuntamiento exigirá a la contrata que aborde las obras tal y como se recogen en el proyecto adjudicado.

Al final se trata de unos trabajos que tienen por objeto solventar los daños ocasionados por el impacto contra la estructura de la caja de un camión que circulaba por la autovía. El aparatoso accidente ocurrió en octubre de 2018 y desde entonces parte de una de las aceras del puente está fuera de servicio. El balance de daños que dejó el accidente es considerable. Una de las aceras del viaducto, la situada en su zona norte, ha quedado inutilizada, habilitándose un paso peatonal por la calzada, perfectamente delimitado y señalizado. El resto de la calzada ha sido dividida en dos para permitir los dos sentidos de circulación. Se han colocado avisos y señales correspondientes informando de estas medidas, que también incluyen una reducción de la velocidad en el puente. De esta forma, se ha podido mantener la circulación de vehículos durante los tres años que han transcurrido desde el accidente.