La comparecencia en la Junta General del Principado de la consejera de Cultura, Política Llingüística y Turismo del Principado, Berta Piñán, sirvió ayer para aclarar lo ocurrido con el edificio del colegio San Antonio “La Salle”, en Ciaño, cerrado desde 2018 y afectado durante estos cuatro años por robos y actos vandálicos.

El edificio está incluido dentro del catálogo de patrimonio histórico de la consejería de Cultura pero “está adscrito a la consejería de Hacienda”, aclaró Piñán. La consejera explicó que “pasó a Hacienda para ofrecerle una cesión al Ayuntamiento de Langreo para que hiciese un hotel de asociaciones”. La oferta existió pero el Ayuntamiento la rechazó. Fuentes municipales explicaron ayer que el estado del edificio hace imposible que el municipio se pueda hacer cargo de su reparación. “Es inasumible”, dijeron. Un informe técnico municipal concluyó que el consistorio no podía aceptar esa cesión “por el mal estado de conservación” que supone que, para poder volver a utilizarlo, “requiere una inversión muy importante” a la que el concejo no puede hacer frente.

La Consejera aseguró que el edificio “no tiene daños estructurales” aunque sí reconoció que habían desaparecido muchos elementos, como toda la carpintería metálica, los canalones o las conducciones de las chimeneas. Además, apuntó que en el Principado actuará tapiando ventanas y puertas para evitar que se repitan actos vandálicos y recordó que “es una propiedad privada en la que no debe ni puede entrar nadie”.

Berta Piñán ofreció estas explicaciones como respuesta a una pregunta de Rafa Palacios, diputado de Podemos Asturias en el Parlamento regional, que se quería saber las actuaciones que tiene previstas en ejecutivo regional para evitar la ruina del edificio de Ciaño. El representante de la formación morada pidió al Principado “un plan de futuro” para la edificación “porque cada infraestructura que desaparece en Ciaño y en el concejo de Langreo es una pérdida que no se recupera”. Palacios propuso a Piñán que dentro de las competencias de su Consejería estudie la posibilidad de dedicar el edificio a usos turísticos y culturales vinculados al valle de Samuño, que acoge ahora el tren minero.

 

LNE