Cualquiera que no esté familiarizado con términos como el “phishing”, el “vishing” o el “smishing” vive ajeno a una amenaza cada vez más cercana y cierta. Quienes acechan tras estos vocablos importados, y a primer golpe de oído carentes de significado, parten con la ventaja de que sus víctimas aún descifran el fraude en términos analógicos. La estafa tiene hoy parámetros digitales e invade la más estrecha intimidad. Adrián Nosti es la víctima de una historia cada vez más extendida. Tras recibir una serie de mensajes aparentemente provenientes de su entidad bancaria, finalmente atendió uno de ellos para reactivar la tarjeta de crédito y solventar un teórico problema en la cuenta. “Accedí a una página en apariencia corporativa de mi entidad e introduje mis claves para solventar el problema”. Este mierense estaba en ese momento en su domicilio ocupado en asuntos rutinarios y actuó casi por acto reflejo. “Unos minutos después me paré a pensar lo que había hecho y fue entonces cuando intuí que algo no cuadraba”. Ya era tarde. Los ciberdelincuentes le habían hecho dos cargos de varios cientos de euros en la tarjeta en apenas dos minutos. El tercero, de mil euros, fue devuelto. “Me saltó un aviso y fue entonces cuando reaccionamos”.

Esta familia denunció los hechos ante la Policía Nacional. Fueron informados de que los ciberdelitos están en auge y que su caso no es algo aislado. Este mierense explica que cuando accedió a un link para reactivar su cuenta se encontró con una recreación de la app de su banco. “Intuitivamente te hace confiar “, señala. Una vez hecho esto, recibió otro SMS del banco, para que introdujera una clave, que realmente les sirve a los estafadores como autenticación para sus compras, con el “Apple pay” o similar. “De esta manera has caído en su trampa y tu cuenta está a su merced. En menos de 10 minutos comenzarán a realizar cargos sin que te enteres, puesto que están autorizadas por ti”. El banco se escuda en que fue el propio usuario el que facilitó los datos personales “y alega que no tienen ninguna responsabilidad, mientras que el seguro expresa claramente en una de sus cláusulas que están exentos si existe la facilitación de tus claves bancarias”. Adrián Nosti advierte. “Si te despistas te pueden dejar sin los ahorros de una vida en un par de días”. Aconseja limitar al máximo el tope de gasto de la tarjeta.

Fuente: LNE