“Parecía el Mieres de los 90”. Ese comentario, escrito ayer en redes sociales resume lo que ha pasado este fin de semana en la capital del Caudal, que revivió aquella gloriosa década y volvió a ser el centro asturiano de la fiesta y la modernidad. “Somos un eslabón más en una cadena de mujeres creadoras, músicas y cantareiras”
Si de aquella el rock ayudó a volar al Xixón Sound, este fin de semana, con la Folixa na Primavera, Mieres volvió a ser vanguardia, aunque lleve mucho tiempo siéndolo pero ahora con multitudes celebrándolo.

La Folixa ha evolucionado. Nació como fiesta celta con la sidra de barrica como seña de identidad. Este año se introdujo la sidra escanciada y hubo una cata, con varios pases, de sidra de hielo con quesos asturianos para la que se agotaron las entradas. “Seguimos manteniendo la tradición, la sidra de barrica, pero introducimos novedades porque creemos que la Folixa debe ir en esa dirección”, explicaba ayer Juan Ponte, orgulloso concejal de Festejos del Ayuntamiento de Mieres.

Lo mismo ocurrió con la programación musical. Ahí estaban como dovela central sobre la que se construye todo lo demás los grupos folklóricos de Mieres, “L’Artusu”, “Ruxidera”, “Prau Llerón” y la Banda de Gaites de Mieres que fueron los encargados de abrir las fiestas y no pararon todo el fin de semana. Ellos son los guardianes de la tradición, como esa sidra de pipa. Pero también llegaron, y arrasaron, “Tanxugueiras”. Las gallegas abarrotaron el parque Jovellanos de Mieres. Más de 5.000 personas acudieron al concierto. “Todo el mundo se queda con la imagen de ‘Tanxugueiras’, que está muy bien, pero el trabajo de los grupos folklóricos de Mieres es fundamental”, reivindicaba ayer Juan Ponte.

Sonaron las panderetas de “Terra” y sonaron esas voces ancestrales venidas al futuro invocadas por las gemelas Olaia y Sabela Maneiro y Aida Tarrio. Antes, esas músicas las había actualizado “Fruela 757”, que camina por el postfolk y entiende que dentro de unas madreñas puede haber unas zapatillas Vans. Es simple, vanguardia y tradición, pero hay que dar con mezcla justa. Hay que dejar que la madre asiente en el fondo de la botella para que la alegría espalme. Y eso es lo que ha logrado Mieres este fin de semana. Ayer se volvió a ver en la plaza del Ayuntamiento con el concierto de “Calea”. Silvia Quesada, Leticia Baselgas y Rubén Bada, son también de esos músicos de largo recorrido que saben que el pasado no es inamovible, que no hay nada malo en actualizar cantares y melodías antiguas. Así, que “muy contentos” y un “gran éxito de público de calidad”, remataba Ponte. Mieres volvió a los 90, que no al pasado, y ahí puede estar el futuro.

Fuente: LNE